Emilio y yo decidimos que Federico debía tener buenos hábitos de sueño para crear disciplina y para que nosotros tengamos un espacio seguro para nosotros dos.
Total, bajo las indicaciones de Ivette y Nicole nos abordamos a las reglas del libro duérmete mi niño y lo enseñamos a dormirse solo, en su cuna, con un único acompañante que estaría con él toda la noche, ese es su Doudou, que le mandó su tía Mariana Bunimov de París.
Hoy en día, Federico no solo TIENE que dormir con Doudou, sino que es lo único que lo calma ante cualquier situación, una caída, un golpe, con arrebato de hambre, lo que sea, Doudou lo consuela.
A éste punto estamos muy preocupados porque ya nos pasó una vez que el Doudou no apareció una noche y fue de perros, menos mal que estaba en la ropa sucia y no se nos había quedado en ningún lado porque el bendito trapito, lo venden solo en Paris...