En ésta época Federico es un torbellino, un trepador, loco por la música,
la comida y el agua.
El vocabulario es cada vez más extenso, la mayoría de las veces uno entiende perfectamente lo que pide. Repite todo lo que uno dice y NO HACE CASO.
Entra a nuestro cuarto y pide que le ponga guau-guau: la película de los 101 dálmatas; Descubrió los botones del aparto y se encarama para adelantar, apagar o prender la película.
Se vuelve loco a la hora de pasear a los perros, los llama: ven, ven y trata de ponerles la correa y puede dar la vuelta entera corriendo.Le fascinan los zapatos, que los llama: papos y trata de ponérselos solo y ponérmelos a mí.
Se monta en la sillas y luego en las mesas. También busca en lo más alto el ipod y puede pasar un largo rato jurungándolo y tratando de poner los pollitos.
Le gusta que le lea, se poner en mis piernas muy atento y se poner medio nervioso cuando le pregunto que es cada cosa.
Ayer comenzó clases de natación, la semana pasada cuando fuimos, estaba encantado con el agua y hasta lloró cuando nos fuimos, pero el día de la clase todo comenzó muy bien, hasta que el profesor le echó agua en la cara y lo puso a flotar, NO LE GUSTO y lloró mucho.
Ya éste mes Federico comienza en el campamento que estoy seguro será muy felíz.