Estamos pasando una etapa difícil con Federico; Al parecer tuvimos a una persona por unas semanas que decidió contarle cosas ingenuas que lo asustaron. Pasamos unas 3 o 4 semanas con pesadillas TODAS las noches, Federico se despertaba llorando y sudado contando de que habían cucarachas y ratones debajo de su cama, que un pajarito malo se iba a llevar a titi y que el cuco estaba por ahí.
Finalmente salimos de la persona y a los tres días se acabaron las malas noches.
Hoy en día, un par de semanas después estamos lidiando con su carácter fuerte, ganas de pelear y de conocer los límites.
Mami no quiero, vete de mi cuarto, bájate de mi cama, vete! Papi no! mami sí, es parte del día a día. Unido a que no quiere comer en su silla, sino en la mesa, que no quiere comer proteínas, que no se quiere poner la pijama y no quiere ir al cole.
Llamamos a Paula, una psicóloga infantil y ella entiende que al ser Federico TAN inteligente, ya percibe los cambios que vienen, está molesto con nosotros y nos lo está haciendo saber.
Debemos entonces tenerle mucha paciencia, dejarlo solo cuando haga una pataleta y darle muuucho cariño expresándole que la venida de su hermano no va a hacer que lo dejemos de querer ni que le quitemos su puesto. Además de que debemos tratar de delegar las cosas fastidiosas de corrección a la nana y ser nosotros más juguetones con él.
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